El viento entraba por la ventana, desordenaba un poco su cabello y despejaba su cabeza.
Siempre le gustó la sensación de llegar a un lugar nuevo en auto. El ver como una nueva ciudad parece estar formándose de la nada. Para ella es casi como el comienzo de una nueva historia.
Las despedidas en cambio siempre le estrujan el corazón. Nunca sabe que decir y aunque quiera hacer contar cada momento, termina siempre separándose un poco de la realidad por querer estar tan consciente de lo que siente.
Esta vez es diferente. La despedida le partió el corazón como nunca antes pero las ganas de saber lo que está por venir casi la elevan.
Al cerrar los ojos imagina el abrazo de alguien que la espera, nada más, el resto será una bienvenida sorpresa.
Olores desconocidos combinados con las infinitas posibilidades.
Saludos nuevos y melodías familiares.
Más tarde el viento deja de colarse por la ventana, el auto se detiene y todo comienza a ir a mil por hora.
No espera nada aparte de ese abrazo y todo lo demás.
.
