Kiss Me

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gi

Y seguíamos corriendo, como sólo los niños corren. Creo que yo era la perseguida aunque a ratos parece que solo corríamos por correr, a estas alturas quién sabe, yo solo corría. Y luego la memoria se me nubla y me veo en el piso, con Sebas ayudando a pararme y yo que me aguantaba las ganas de llorar.

Lo recuerdo así, un día de sol, en pleno recreo, en un rincón del jardín de la pequeña escuela, con la rodilla muy raspada y aguantándome las ganas de llorar, así es que Sebas me dio el primer beso, o por lo menos así está en mi memoria, todo muy borrado por el tiempo.

Y luego la memoria salta al día siguiente. Yo en mi casa con una herida en la rodilla, viendo desde la ventana a Sebas y su mamá, que se quejaba de que cómo podía haber reaccionado dándole un puñete a su hijo mientras jugábamos. Si, a mis cortos seis años, al encontrarme con el primer beso, lo primero que atiné a hacer fue responder al pobre Sebas con un golpe. Fue la primera vez que vi a papá tan orgulloso de su pequeña Sinsentidito.

A veces me pregunto qué será de Sebas, y si recuerda el beso, o si el trauma del golpe le borró la memoria y sólo me recuerda como una niña abusiva. No sería la primera vez.

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El amor y sus colmillos

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zoom

Supongo que amor también es ver Crepúsculo cuatro veces, sin decirle a tu novia que odias la película, sólo para hacerla feliz.

A este paso mi pobre hermanito se convertirá en vampiro.

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Mi miedo a las tormentas

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Mi primera psicóloga sólo ayudó mi fuerte depresión con pastillas para dormir y un “todos pasan por lo mismo a tu edad”. Yo tenía 15 años.

Mi segunda psicóloga sólo me “ayudó” a superar problemas de autoestima que ella con sus comentarios me hizo tener, y lo de superar es darle mucho crédito. Yo tenía 17 y seguía deprimida.

Mi tercera psicóloga era bastante joven y casi confié en ella, era muy buena y me caía bien. Luego vino una crisis y me “escapé” de todo, ella incluida. Tenía 19.

Mi cuarta psicóloga fue mi cuarta psicóloga por imposición de la familia y no por elección, por ese motivo lo único que tuve que hacer para librarme era decirle lo que ella necesitaba escuchar. Tenía 20 y el mismo fantasma con D.

Mi quinta psicóloga… mentira, ya no tuve más.

A veces estoy mejor y a veces peor, pero ya dominé el sutil arte del disimulo así que nadie sufre conmigo. A veces pienso que nunca más caeré en el hoyo y que esos que dicen que es una enfermedad exageran. A veces le hecho a “eso” la culpa de todo lo que no pude ni puedo hacer. A veces sé cuando una etapa negra va a venir casi como si adivinara una tormenta cuando se acerca.

Luego lo leo todo aquí y aunque lo que puse me parece feo y triste y si sería el blog de alguien más yo pensaría: “que gris es esta chica”, me hace sentir mucho mejor. Mejor que lo que cualquiera de las cuatro mujeres, previamente mencionadas, alguna vez me ayudaron a estar. Supongo que al final esa es la idea de este blog, poco a poco escribir más sobre mí y para mí… y para ti que vendrías a ser mi quinto terapeuta.

Ufff… Qué bien que hoy vivo en la ciudad donde nunca llueve…

Tomando precauciones

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sparta

“Eres muy complicada. Deberías de venir con un manual de instrucciones y una etiqueta en la frente que diga: CUIDADO, No interactuar sin haber leído las indicaciones.”

Yo más bien diría que soy tan práctica que los demás se complican.

Pero como siempre estoy abierta a sugerencias, quién sabe, tal vez pronto comience a escribir el “Cómo comprender a Srtas. Sinsentido FOR DUMMIES”, la práctica guía que te explica fácilmente y paso a paso que no todas las mujeres son iguales, no importa que quién te diga lo contrario.


ausente reincidente

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manos

Okkervil River - Our Life Is Not A Movei, or Maybe

Suena y seguirá sonando por ahora. Bueno, siendo más específica, el verbo “vibrar” sería el adecuado pero lo inadecuado es más divertido hoy. Suena una vez más, porque la vibración produce sonidos sobre la mesa. No deseo contestar porque no tengo qué decir de esta situación que amerita algunas palabras por lo menos, pero no quiero decirlas ni hoy ni mañana ni pasado mañana. Ya lo dije una vez hace tiempo en un blog que duró muy poco, algunas “conversaciones necesarias” están sobrevaluadas, por eso prefiero perderme en el silencio de las llamadas perdidas que a estas alturas yo opino que dicen lo suficiente. Yo sé que no es la mejor manera de terminar cosas complicadas como esta pero es la única que practico y practiqué siempre. Siempre preferí escabullirme despacito o procurar que la otra persona lo haga por mí. Como cuando me escapaba del colegio a la hora que tocaba hacer deporte para que nadie me obligue a jugar, y cuando no podía hacerlo hacía como que era muy mala jugando para que nadie quiera tenerme en su equipo, debo decir que lo de pretender que era mala jugando no me costaba mucho. Lo gracioso es que nunca desaprobé el curso porque la profesora estaba convencida de que tenía una complicación de una lesión de años atrás, creo que no es necesario decir quién la convenció. Buenos tiempos.

Me gustaría estar otra vez en esas épocas en las que no se cómo pero salía siempre (o casi) airosa de situaciones complicadas, tenía mis mañas. Esta vez sé que no saldré intacta, sé que tengo que tener esa última conversación y que seguro será como esos partidos obligados donde yo nunca ganaba, ninguno ganará nada. Lo único que sé es que el partido no será ni hoy ni mañana ni el día que le sigue a pasado mañana y si se puede, tampoco el que le sigua a ese.

Si, a veces puedo ser muy cobarde.

Estrellándome

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niña

Jóvenes y Sexys - Suerte

Srta. Sinsentido. Nunca hubo pseudo nombre más lógicamente escogido por la casualidad causada por el apuro que blogger infligió en mí para mi atarantado autobautizo. No hay mucho sentido en todo esto, donde estará.

Una vez perdí el sentido de la orientación y seguro que de algo más cuando caí del columpio luego de intentar dar la vuelta al mundo quedando fallidamente en unos 200 grados de viaje aproximadamente. 200 grados o más que permitieron que mis momentos previos a la caída tengan la privilegiada vista al cielo azul y unas cuantas nubes que antes tenían la forma del zapato de alguien pero que ahora parecían nubes nada más, todo en cámara lenta. Luego descubriría que el conejo de la tele no me mentía cuando me decía que en las caídas fuertes veías estrellitas bailando junto a las nubes con formas de nube que antes fueron el zapato de alguien. Y además de que la televisión no mentía con lo de las estrellas te contaré hoy que nadie mentiría si te dicen que puedo ser bastante influenciable, como esa vez por allá en la época de las vueltas al mundo cuando mi villanesca amiga de juegos que ahora no tiene cara me convenció de que tenía una enfermedad mortal que me mataría en unos años; y como lo que la influenciabitis causa, la influenciabitis cura, la amiga del otro lado del parque me convenció de que la niña sin cara no solo mentía sino que seguro ella sería la que no duraría mucho, “Uff… qué suerte”. Por eso digo que los niños son el futuro, yo soy el futuro de la niña de mi pasado y ella no se lo esperaba, debo decir que yo tampoco pero como no puedo ir a explicarle y ella no puede venir a recriminarme estamos todas tranquilas. Así, tranquila, me levanté del piso y desubicada seguí sonriendo, porque no di la vuelta al mundo pero por lo menos vi estrellitas en el camino.

LO.QUE.SEA

A todo esto me pregunto:

1.- ¿Qué habrá sido de la villanesca niña sin cara?

2.- ¿Por qué ya no busco otras formas en las nubes?

3.- ¿De qué habrá tratado este post?

Se Busca

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art

Busco recetas que combatan la huelga creativa que en este momento se lidia en mi cerebro.

Busco tips que me digan qué hacer cuando no puedes concretar la idea para convertirla en resultado.

Busco algún voluntario que les explique a mis pinceles porqué no terminan su trabajo.

Busco alguien que me diga que una vez le pasó lo mismo y que sabe exactamente lo que necesito.

Busco a quien me ayude a terminar tantos bocetos incompletos que me miran con desilusión.

Busco lo que no sabía que tenía y que a ahora siento que he perdido.





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