Mi primera psicóloga sólo ayudó mi fuerte depresión con pastillas para dormir y un “todos pasan por lo mismo a tu edad”. Yo tenía 15 años.
Mi segunda psicóloga sólo me “ayudó” a superar problemas de autoestima que ella con sus comentarios me hizo tener, y lo de superar es darle mucho crédito. Yo tenía 17 y seguía deprimida.
Mi tercera psicóloga era bastante joven y casi confié en ella, era muy buena y me caía bien. Luego vino una crisis y me “escapé” de todo, ella incluida. Tenía 19.
Mi cuarta psicóloga fue mi cuarta psicóloga por imposición de la familia y no por elección, por ese motivo lo único que tuve que hacer para librarme era decirle lo que ella necesitaba escuchar. Tenía 20 y el mismo fantasma con D.
Mi quinta psicóloga… mentira, ya no tuve más.
A veces estoy mejor y a veces peor, pero ya dominé el sutil arte del disimulo así que nadie sufre conmigo. A veces pienso que nunca más caeré en el hoyo y que esos que dicen que es una enfermedad exageran. A veces le hecho a “eso” la culpa de todo lo que no pude ni puedo hacer. A veces sé cuando una etapa negra va a venir casi como si adivinara una tormenta cuando se acerca.
Luego lo leo todo aquí y aunque lo que puse me parece feo y triste y si sería el blog de alguien más yo pensaría: “que gris es esta chica”, me hace sentir mucho mejor. Mejor que lo que cualquiera de las cuatro mujeres, previamente mencionadas, alguna vez me ayudaron a estar. Supongo que al final esa es la idea de este blog, poco a poco escribir más sobre mí y para mí… y para ti que vendrías a ser mi quinto terapeuta.
Ufff… Qué bien que hoy vivo en la ciudad donde nunca llueve…
pfff... para ser una señorita sinsentido con un fantasma llamado D, la tiene bien clara. aunque claro, lo anterior no excluye esto.
pero igual, me saco el sombrero.
y quizás yo no sea (y nunca seré) buena terapeuta, pero la terapia comentaril colectiva y la risa fácil que acorta distancias, puede ser linda ayuda.
nice, so nice this place... as always.
Eclipse
16 de marzo de 2009, 21:40A menudo ocurre con los psicólogos lo mismo que con los entranadores: Plantéan una estrategia, y si no funciona se cambia de entrenador.
Sin embargo, la afición sigue siendo la misma -en este caso la afición seríamos los seguidores del blog-. A veces aplaudimos y ayudamos. Otras, silbamos. Pero siempre estamos ahí.
Quizá sea ese el motivo de escribir en un blog.
p.d: Gracias por visitarme.
Luis Cano Ruiz
17 de marzo de 2009, 5:15dull as grey...
Unknown
17 de marzo de 2009, 9:24pues yo estoy encantado
Juan Pablo López
20 de marzo de 2009, 15:18Tenemos una historia parecida, despues de lidiar con tanta gente lo mas terapeutico es solamente escribir.
£udita
24 de marzo de 2009, 9:33"A veces sé cuando una etapa negra va a venir casi como si adivinara una tormenta cuando se acerca."
Me encantó.
Me pasa lo mismo cada tantas semanas/meses: viene todo bien y un día, caminando por la calle, empiezo a sentir el ahogo de la angustia y el loop de los mismos 3 pensamientos una y otra vez.
Yo lo llamo "estar en la cresta de la ola viendo para abajo". Y, anticipando lo que se viene, hago mucha fuerza para distraerme, ocuparme y no deprimirme otra vez.
A veces, leyendo tu blog, encuentro estas cosas y me siento acompañado.
Leo
27 de marzo de 2009, 7:47